¡Estamos en el apogeo de una revolución!

La industria 4.0 está cambiando los sectores más tradicionales como el agroalimentario y el vitivinícola.

Aún es necesario evaluar el impacto de la inteligencia artificial sobre la biotecnología, informática de gestión, implementación del IdC en los sectores de producción más tradicionales y requerirá la creación de alianzas nuevas e inéditas.

Sostenibilidad, crecimiento, productividad, energía, seguridad, calidad, salud y trabajo son los desafíos a los que nos enfrentamos.

Ya sabemos cómo transformar casas, automóviles, ciudades, hospitales y nuestras herramientas cotidianas de trabajo en «minas de datos». Si analizamos, elaboramos, agregamos y cuestionamos esta información, nos ayudará a disponer y aprovechar la reserva de resolución de problemas más valiosa que nos permitirá a plantearnos las preguntas necesarias para mejorar, crecer y prosperar.

Esto se puede llevar a cabo solo de un modo: si utilizamos la inteligencia artificial para vender unas pocas unidades más de producto, no solo habremos desperdiciado la extraordinaria oportunidad de comprender más sobre el mundo, sino que también habremos cometido el error de adaptar nuestro mundo al entorno operativo de una máquina, y no al contrario.

Y el costo que se deberá pagar por no tomar decisiones, o tomarlas de la forma incorrecta, será muy alto.